Una eliminatoria de Champions ante el Liverpool provocó su explosión y el cruce ante el PSG le encuentra como máxima referencia del Madrid.
Las vacaciones de Navidad sirvieron a Vinicius Júnior para reflexionar, para analizar lo que le había pasado en el último año y para ponerse objetivos de cara a 2022. En apenas unos meses había pasado de ser uno más en la plantilla del Madrid a piedra angular del ataque y del proyecto merengue, así que había bastantes cosas en las que pensar.
Aprovechando los días libres viajó a Estados Unidos, uno de sus países y destinos favoritos, visitó a amigos y se reencontró con algunas leyendas del deporte. En Miami se vio con Jimmy Butler, estrella de los Heat, y acudió al estadio de los Tampa Bay Buccaneers para ver jugar a Tom Brady, uno de sus ídolos, que le invitó a un palco privado. “Tienen una buena relación desde que se vieran el año pasado”, cuenta su entorno. La camiseta del mítico quarterback, con su firma plasmada en ella, está colgada en el centro del salón de la casa del delantero brasileño.
Pisar suelo americano sirvió a Vinicius para testar de forma directa cómo había cambiado su exposición mediática en los últimos tiempos. Más reconocido por la calle y con importantes ofertas publicitarias, los 40 profesionales que trabajan con él ya estudian los siguientes pasos a seguir en su carrera. A sus 21 años, primero llegará la renovación al alza con el Madrid y luego todo lo demás, incluida una nueva posición en el escalafón mediático de Nike, misma marca que viste a Kylian Mbappé.